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10 may 2013

Narco Submarinos: Semi-sumergibles

El Semi-sumergible de San Andrés: Capturado en 1993 en el archipiélago Colombiano, se trata posiblemente del único Semi-sumergible verdadero medía 7 metros, con capacidad de transportar 1 a 2 toneladas de droga y tripulado por 2 personas. Se trata de un diseño único, una lancha modificada para operar semi-sumergida con tanques de lastre, aun así, es necesario mantener el mástil mayor como estructura para montar los equipos de comunicaciones.
En 1994 se descubre en las playas del Parque Tayrona en Colombia un extraño buque azul hecho de madera y fibra de vidrio, se estimó que tenía capacidad solamente para viajar a poca profundidad, el cual se controlaba mediante unas pesas ubicadas en la parte inferior del aparato, y que hacían la función de lastres. Las autoridades Colombianas lo probaron y resultó ser muy inestable, había sido bautizado como "Laura". Tenía modernos equipos de telecomunicaciones.

Narco Submarinos: "Sumergibles"

El Submarino de Cartagena: 1995 Fue el primer submarino verdadero capturado por las fuerzas militares de Colombia en el puerto de Cartagena, éste consistía en un casco cilíndrico de acero de 12 m de largo, no poseía tanques de lastre, así que se cree que el mismo se controlaba mediante un sistema de pesas, igual que el hallado en el parque Tayrona el año anterior.
El Submarino Facatativá: Fue descubierto en el año 2000 en una bodega sobre una carretera entre  Facatativá y Madrid, Cundinamarca; una población cercana a Bogotá D.C., es el más avanzado descubierto hasta la fecha, estaba a la mitad de su construcción  el casco sería doble y tendría 30 metros de largo, con un solo propulsor y capacidad de 15 a 20 toneladas. La tripulación estimada para operarlo seria  de 12 personas. Poseía tanques de lastre, y según se dijo, habría expertos Rusos y Holandeses, tras el diseño del submarino, muy cercano a los diseños militares, posiblemente estaba pensado para realizar operaciones de larga duración  tal y como lo hacen los submarinos de las fuerzas armadas. Hipotéticamente tendría sistemas de comunicaciones sofisticados y guiado por GPS, así como un sonar.
La captura de Pital: En 2006 fue encontrada esta embarcación de bajo perfil abandonada en un río cercano a Pital, Colombia. Se trata de una embarcación artesanal, dotada de doble motor, con capacidad de hasta 4 toneladas.
Los buques de bajo perfil genéricos: Mientras que en el pasado todos los submarinos y lanchas eran de construcción "artesanal" o casera, poco a poco los narcos empiezan a estandarizar las naves, de modo que comienza una especie de producción en serie especialmente de los navíos de bajo perfil, lo cual a la larga va abaratando los costos de producción y mantenimiento. La mayoría de los aparatos capturados a lo largo de la historia son en realidad embarcaciones de bajo perfil, pero la prensa los identifica erróneamente como "Narco Submarinos".

Narco Submarinos: "Bigfoot"

El Bigfoot: "Pie grande" los Estadounidenses llamaban así a los "Narco Submarinos", pues aunque se informaba constantemente sobre ellos, nunca nadie, entre los militares los había visto, hasta que uno fue capturado en noviembre de 2006 en la costa este de Costa Rica. Es un sumergible que mide 53 pies de largo y ocho de ancho. Su peso alcanza las 12.5 toneladas. Este aparato muestra ya las características estándar de los buques genéricos de bajo perfil. Un segundo aparato, de similares características fue capturado en 2008, y se le bautizó simplemente como "Bigfoot-2"
La captura en México: En 2008, en un hecho inédito de cooperación multinacional, la Inteligencia Colombiana detectó un buque de bajo perfil que salió de sus costas e informaron a la CIA Estadounidense, que a su vez advirtió a la Armada de México para que capturara el navío. Se trataba de una embarcación genérica de bajo perfil, y estaba tripulada por 4 personas quienes no opusieron resistencia ya que afirmaron haber sido secuestrados y obligados a pilotar la nave bajo amenaza de muerte. La captura se realizó con 2 helicópteros de los cuales descendieron Infantes de Marina, además se desplegaron patrulleros oceánicos y sus respectivas lanchas interceptoras, a bordo se encontraron 4.5 toneladas de droga.

Narco Submarinos: La "Caballería" de los Capos

El caso de Ecuador: En 2010 es localizado en las profundidades de la selva Ecuatoriana, un submarino de aproximadamente 30 metros, fondeado en un río, el mismo estaba hecho de fibra de vidrio y poseía un puente similar al de los submarinos militares, en la parte inferior del mismo se encontraban un par de "ojos de buey" para el timonel. Estaba pintado en un esquema de camuflaje multitonal en azul y verde, poseía dos propulsores y era alimentado por un sistema diésel-eléctrico, el cual suministraba energía mediante baterías.
Al contrario de las lanchas rápidas, los "Narco Submarinos" son capaces de transportar el triple de mercancía que estas, son más difíciles de detectar y cada nuevo modelo es capaz de viajar más profundo que el anterior convirtiéndolos así en un nuevo reto para las misiones de interdicción marítima. Los últimos modelos de "Narco Submarinos", utilizados por capos como “el chapo Guzmán”, son naves realmente complejas e innovadoras, llegando a costar hasta 2 millones de dólares la unidad, un costo aparentemente elevado, debido al avance tecnológico que se desarrolla en este tipo de proyectos.
Aparte de viajar largas distancias, permanecer más tiempo sumergidos y alcanzar grandes profundidades, los "Narco Submarinos" han representado una nueva era en el avance tecnológico no militar. La innovación; vamos a abordar un poco más lo que ha sido el desarrollo  y el avance de los "Narco Submarinos" a través de los últimos años, por ejemplo en un principio estos eran fabricados con lanchas rápidas que se sellaban con fibra de vidrio, es decir los semi-sumergibles, en los cuales solo una pequeña porción de la cubierta navegaba expuesta en la superficie con el fin de proveer oxígeno a los tripulantes, luego se empezaron a construir desde cero, se hacían modelos con cascos completos, hechos de fibra de vidrio que eran capaces de sumergirse a una corta profundidad por poco tiempo, en caso de ver un barco guardacostas o en situaciones similares, los motores diésel o petróleo internamente incorporados, representaban uno de los factores más desfavorables y que hacían mas incomodo tripular los "Narco Submarinos" ya que el ruido y la producción de monóxido de carbono representaban un riesgo para las tripulaciones.
No fue sino hasta finales del año 2004 y principios del 2005, que llego la verdadera "caballería de los capos", los "Narco Submarinos" fabricados de ahí  en adelante han sido realmente los más sofisticados de todos, los mismos son fabricados con una combinación de diferentes materiales que hace muy difícil su localización por los radares, los motores a partir del año 2005 se empezaron a incorporar en una "sala de maquinas" apartada, de la cabina de la tripulación y en el 2010 las autoridades confiscaron, un "Narco Submarino" con un motor idéntico al usado por los militares Estadounidenses en submarinos de guerra.

Narco Submarinos: Modernos Sumergibles


Los cárteles evitan las medidas de control con técnicas cada vez más sofisticadas: el hallazgo en Colombia de un "Narco Submarino"; no semisumergible, como los que se conocían hasta ahora, capaz de transportar hasta ocho toneladas de cocaína a México, obliga a los organismos oficiales a replantear sus estrategias antidrogas. Este es el primer navío realmente sumergible que encuentran en Colombia. Con 32 metros de largo, tiene la capacidad de transportar hasta siete toneladas de cocaína, desde Buenaventura hasta las costas de México o el sur de Estados Unidos, sin emerger. "Estamos ante un gran salto tecnológico: cuenta con tanques de compensación que le permiten navegar sumergido y un periscopio de alta tecnología, con cámaras de vídeo para conocer la situación en la superficie sin salir a flote" explica el contraalmirante Hernando Wills Vélez.
El año pasado se había hallado uno similar en Ecuador. "Sin duda esto cambia las reglas del juego", dice Jay Bergman, director de la DEA para la Región Andina, el organismo antidrogas Estadounidense. Algunas versiones de testigos aseguran que detrás de la construcción de estos sofisticados navíos  hay ex-militares que llegaron a América Latina. Tras la fuga de cerebros de las ex-repúblicas Soviéticas, aunque para Bergman esa es solo una "leyenda urbana". Lo cierto es que las naves no están hechas por neófitos, sino por personal altamente calificado y todo indica que quienes los diseñan y fabrican provienen de ámbitos militares. "Fabricar y manejar estas naves no se aprende en un libro, requiere años de experiencia", señala Bergman.
Alberto Becerra, profesor de Ingeniería Mecánica Naval del Instituto Tecnológico de Mazatlán, en México, coincide en que la fabricación de un submarino "casero" requiere de un gran conocimiento de ingeniería naval, y que sólo los militares fabrican submarinos. "Quien tiene la tecnología de construcción de submarinos son los astilleros militares"
Además de tener la autonomía para llegar a México y transportar cada vez más droga, el avance más importante es que estos submarinos no pueden se vistos desde barcos ni aviones, y los radares comunes ya no los identifican.
Desde mediados de la última década del siglo XX cada año los Guardacostas de los EE-UU y las armadas de Colombia y México interceptan cada año decenas de artefactos submarinos y semi-sumergibles, en aguas del Pacífico, en las rutas que conectan las selvas Colombianas con los atractivos mercados de cocaína de los EE-UU. Pero eso no es lo peor: según estimaciones oficiales Estadounidenses se interceptan menos del 10% de las naves detectadas, por falta de barcos que procedan a la captura. Lo cual supone que hoy mismo centenares de semi-sumergibles estén en esa ruta. Cargados por término medio (en los aparatos capturados) con entre 6 a 7 toneladas de cocaína cada uno, es el punto óptimo de costo/beneficio, teniendo en cuenta el escaso riesgo de abordaje e incautación, que la mayor parte de las veces conlleva a la pérdida de la carga completa, puesto que los tripulantes hunden el navío (y con él, las pruebas de su delito).

Narco Submarinos: La Batalla Perdida

La lógica es sencilla: construir la versión más extendida se calcula que cuesta a los cárteles entre 1 y 2 millones de dólares, y los beneficios si completa tan sólo un viaje son astronómicos: De mas de cien millones de dolares. Típicamente se trata de un barco semi-sumergible (que no es capaz de navegar del todo bajo el agua), construido en fibra de vidrio con madera o acero, y dotado de motores diésel que "respiran" a través de un Snorkel. Carente de tanques de lastre o de controles de inmersión, estas naves son capaces de alcanzar unos 6 nudos en superficie, y son muy difíciles de detectar desde un barco. La mayoría de las localizaciones  se hacen desde el aire, y no siempre hay un buque cerca para proceder a interceptarlo.
De entre 10 y 25 metros de eslora, suelen contar con tripulaciones de uno a cinco hombres, y aunque sus sistemas internos son precarios suelen disponer de sofisticado equipo de comunicaciones, para escanear las comunicaciones militares y policiales. Transportan entre 6-7 toneladas de cocaína que puede llegar a valer mas de 100 millones de dólares en su destino. Incluso si sólo uno de cada diez completa un viaje, el riesgo merece la pena. Para evitar inconvenientes no se aproximan a la costa a descargar, esta tarea se realiza con lanchas rápidas. Y normalmente son hundidos una vez utilizados.
Pero esas eran las versiones iniciales. En los últimos años se han descubierto verdaderos submarinos capaces de sumergirse hasta una veintena de metros de profundidad y de operar durante al menos una hora bajo el agua. Esto hace particularmente difícil que puedan ser interceptados, pues hacerlo exige el uso de tácticas de guerra antisubmarina; algo para lo que los patrulleros y guardacostas no están equipados ni entrenados. Estos submarinos son más grandes, por lo que tienen mayor capacidad de carga, y los detalles de su tecnología indican que no se han construido como naves descartables de "usar y tirar", sino para prestar un servicio regular. Su mayor autonomía los hace candidatos al tráfico transatlántico. 
Luego están los ‘Narco-torpedos’; sumergibles no tripulados cargados de cocaína que van sumergidos a remolque de un pesquero. Si aparece un guardacostas el pesquero corta el cable; el dispositivo submarino está programado para esperar un tiempo, emerger por sí mismo y radiar su posición para que otro pesquero lo encuentre y complete la entrega. El 90% de estas operaciones, se completan sin incidentes. Se estima que en los últimos años por esta vía han podido entrar más de 600 toneladas de cocaína en los EE-UU. El negocio es multimillonario, y está controlado por las FARC y los cárteles Mexicanos; por los resultados está claro que el negocio no se va a detener: habrá muchos más "Narco Submarinos" en los océanos del mundo en los próximos años.

Narco Submarinos: La "Flota Rusa"

Vyacheslav Ivankov Kiríllovich: Fue un miembro notorio de la mafia Rusa, era un viejo conocido de la policía Soviética-Rusa y también de la Estadounidense, saltó a la fama en los periódicos en Junio de 1995, cuando lo arrestaron en Miami por estar organizando la venta de submarinos ex-soviéticos al Cártel de Cali. Por disparatado que parezca Ivankov ofreció submarinos Soviéticos diésel-eléctricos; de las clases Tango y Juliett (proyecto 651) Los "Juliett" datan de los años 60 y con sus 90 metros de largo son considerados algunos de los submarinos de propulsión no nuclear más grandes construidos jamás por la Armada Soviética.  Entre 1988 y 1994 se retiraron las 16 unidades tras el colapso de la URSS, estas naves se oxidaban en diversos puertos del mar Báltico. Los submarinos diésel-eléctricos son mucho más silenciosos que los nucleares y por tanto se les considera mucho más capaces de penetrar, los sistemas de defensa antisubmarina, sin ser detectados. Al parecer, fueron los Colombianos quienes se "rajaron", por parecerles una operación demasiado osada. Ivankov, por su parte, tenía ya listo  un grupo de veinte tripulantes submarinistas, con un contrato firmado por un año.
Probablemente, los Colombianos tenían razón. Resulta difícil imaginar cómo pensaba Ivankov trasladar uno o varios submarinos Soviéticos desde el Mar Báltico hasta Sudamérica sin dejar pistas y sin descubrirse ante los medios ASW que Estados Unidos tiene desplegados tanto en Atlántico como en el Pacífico, sobre todo teniendo en cuenta que los navíos estaban ya desprovistos de buena parte de sus medios bélicos y la tripulación mercenaria –según dicen– se hallaba compuesta por marineros de aluvión con una experiencia limitada en la operación de estos buques, bastante sofisticados para su época. Sin embargo, la idea no murió cuando la operación fue cancelada. Quizá la posibilidad de operar una flota submarina ex-Soviética estuviera más allá de las posibilidades reales de un "para-estado" como el que tienen organizadas algunas redes de narcotraficantes, pero un programa más modesto podía estar dentro de su alcance.
La costa Pacífica de Colombia es un paraíso para los contrabandistas de toda índole. Es una región con una inmensa riqueza ecológica, hidrográfica, minera y forestal en la cual se encuentran parques nacionales naturales y cientos de riachuelos que desembocan en el océano forman una densa red de vías fluviales cubiertas por densos bosques de manglares, donde es posible construir a cubierto pequeños puertos y astilleros (o disimularlos entre centros de población de las comunidades locales) sin que las limitadas fuerzas militares desplegadas en la zona, lleguen a darse por enterados. Es uno de esos lugares donde siempre ha habido contrabando de todo lo que tenga valor; lo bastante como para cualquiera que aspire a una vida un poco mejor en medio de la paradójica miseria, y un oficio lo suficientemente antiguo como para haber llegado a formar una cultura local.

Narco Submarinos: No eran "Fábulas"

Construir un submarino operacional capaz de adentrarse en el Océano Pacífico; aunque sea más o menos siguiendo la costa, durante tres mil quinientas millas hasta alcanzar los Estados Unidos es un reto técnico difícil de alcanzar. Las grandes potencias industriales no pudieron hacer algo así hasta la Primera Guerra Mundial, y hubo que esperar hasta después de la Segunda para que fuera posible completar el viaje sin salir a la superficie. Por poderosas que sean, las organizaciones de narcotraficantes no son grandes potencias industriales ni tienen sus mismos recursos. Así pues, la primera solución fue desarrollar navíos artesanales semi-sumergibles, en los que la mayor parte del casco se encuentra bajo el agua y sólo asoma una pequeña porción por encima de la superficie.
Así, a partir del año 2000, estos semi-sumergibles comenzaron a realizar largos y arriesgados viajes por el Atlántico y el Pacífico. Al principio, en los Estados Unidos creían que eran fábulas o leyendas sin fundamento y los denominaban Bigfoots, "Pie grande". Sin embargo, durante 2006 avistaron tres artefactos de estos  y a finales de año lograban capturar su primer "Pie grande", a noventa millas al este de Costa Rica. En 2008 habían identificado diez en un mes, pero sólo conseguían hacerse con uno; pues sus tripulaciones, al verse descubiertas, los hunden para no ser capturados con "las manos en la masa".
Ya desde el primer momento, los Estadounidenses observaron algunos detalles de diseño sorprendentemente avanzados. Por ejemplo, el uso de materiales sintéticos, fibra de vidrio y formas orientadas a reducir la firma en el radar sobre su superficie, así como una ingeniosa disposición de los tubos de escape para reducir el perfil infrarrojo; una forma precaria pero eficaz de tecnologías furtivas. Utilizan habitualmente sistemas de navegación GPS. Nadie sabe cuántos han podido infiltrarse sin ser detectados a lo largo de los últimos años; cada uno de ellos puede transportar fácilmente diez toneladas de droga a unos seis nudos, desde Colombia a Norteamérica, con una parada para repostar combustible.