El Ejército de
Colombia; deberá indemnizar a familiares de 38 Soldados muertos en ataque de
las FARC hace 14 años.
Así lo ordenó el
Consejo de Estado en una sentencia de reparación tras considerar que en este
caso, ocurrido contra la base militar de Gutiérrez (Cundinamarca), el Ejército
de Colombia abandonó a estos hombres a su suerte.
Los militares que
murieron en ese ataque contaban con armamento en muy mal estado y jamás
recibieron los refuerzos que necesitaban para enfrentar la amenaza guerrillera
que existía en esa zona del país, Los hechos ocurrieron el 8 de julio de
1999.
Meses atrás, el
comandante de la Batería B había recibido información de inteligencia sobre un
posible ataque guerrillero y de inmediato le solicitó al comandante del
Batallón ayuda para afrontar la situación, porque no contaba con los medios
necesarios para defenderse.
La ayuda, no sólo de
refuerzos sino también de armamento adecuado para poder enfrentar las continuas
amenazas, incursiones y ataques de los grupos irregulares que operaban en el
sector de Gutiérrez, fue solicitada en repetidas ocasiones tanto en forma
radial como escrita.
Sin embargo, ante la
solicitud, el oficial de rango Mayor y encargado de atender los requerimientos;
respondió en forma de burla al oficial y las tropas que componían la Batería B;
que según el Mayor del ejército: "tenían mucho miedo" y por ello mandó a comprar
las ametralladoras y los proyectiles y todo lo demás requerido a los "almacenes
Ley" (cadena de tiendas miscelánea) para que se defendieran”.
La
Sección Tercera, con ponencia del magistrado Mauricio Fajardo Gómez, encontró
que los mandos superiores del Batallón de Artillería No. 13 "Capitán
Francisco de Paula Aguilar" no solo omitieron, como era su obligación,
prestar el apoyo material y humano solicitado de manera oportuna y reiterada
por los oficiales encargados de comandar la Batería B de dicha unidad militar,
sino que además los abandonaron a su suerte en los momentos más intensos de un
combate con el enemigo.
“Tal conducta que no
puede ser sino calificada de irresponsable, irrespetuosa, negligente y, por
demás, burlona, que asumieron los oficiales superiores aludidos frente a la
incesante solicitud de apoyo que elevaron los miembros de la Batería B ante la
inminencia de un ataque guerrillero, además de colidir abiertamente con los
principios de honorabilidad, responsabilidad y solidaridad, inherentes a la
disciplina castrense, constituyó una inaceptable falta de respeto y a la vez un
abierto desconocimiento a la dignidad humana de los hombres que se encontraban
bajo su mando”, indica la sentencia.
La Sala explica que la
conducta de los oficiales superiores refleja un desprecio total por el sagrado
y fundamental derecho a la vida de todos aquellos soldados, suboficiales y
oficiales que con ejemplar disciplina continuaron cumpliendo sus órdenes y con
su deber, sin contar con los medios ni el apoyo para ello.
“Resulta inconcebible
que oficiales del Ejército, formados y, por lo tanto, en capacidad de dirigir
las tropas, defender la soberanía nacional y proteger la vida, la honra, los
bienes, los derechos y las libertades de todos los habitantes de Colombia,
hayan faltado de manera tan grosera a su más elemental objetivo de escuchar las
peticiones y brindar apoyo a sus subalternos, máxime cuando a éstos se les
exige el cumplimiento irrestricto de las órdenes que sus superiores emitan”,
puntualiza el fallo.