En Francia los francotiradores (franc-tireur) eran ya conocidos en 1792, cuando al ser invadido el país, la Asamblea Nacional hizo un llamamiento general pidiendo voluntarios a los Departamentos, pudiendo organizarse, en los Vosgos, 15 batallones de tropas ligeras que, con la misión de atacar a los grupos de exploración y convoyes, y hostigar a los campamentos enemigos, poseían una completa libertad de acción y operaban en terreno quebrado y montañoso. También los ingleses recurrieron a este tipo de fuerzas durante el siglo XVIII, armados con fusiles Baker. Y actuaron contra los franceses en España y, luego, en la Batalla de Waterloo.