El C.S.I.R. Tenía una
fuerza total de casi 62.000 hombres (2.900 Oficiales y 58.000 Soldados) que
disponía de 5.500 vehículos a motor, 4.000 caballos y mulas, 220 cañones de
artillería y 92 cañones antitanque, apoyados por 83 aviones (51 de caza, 22 de
reconocimiento y 10 de transporte). Dentro de lo que entonces podía ofrecer el
Regio Esercito, el CSIR se presentaba como una fuerza de combate de élite en
cuanto a la calidad de sus tropas. El propio general Mario Marazzani,
comandante de la Celere, escribió en 1950 lo siguiente a este respecto:
“Las condiciones físicas de
los hombres, su nivel de formación, las condiciones y el entrenamiento de los
caballos eran excelentes; resalto esto, en el largo período de ejercicios (verano '39 -
Primavera '41) a veces en Italia y el desempeño que la División tuvo en la
campaña de Yugoslavia. Pasar de la zona de Cervignano el día 10 de abril y más allá de la frontera
entre Italia y Yugoslavia el día 13, la División, a marchas rápidas por las
carreteras con las dificultades del terreno y el clima adverso en gran medida,
alcanzando el 18 de abril la ciudad de Bihac (Bosnia) siempre a la vanguardia
del Cuerpo Celere armado. Posteriormente, los regimientos se mantuvieron en
posición excelente para adiestramiento y entrenamiento, favorecido por la
absoluta tranquilidad de la zona. El buen tiempo invertido cerca de Verona
antes de partir hacia Rusia (alrededor de 3 semanas), los regimientos se completaron
en hombres, caballos, materiales y armas”.
Sin embargo, todo el potencial
de combate del CSIR estaba mermado por dos problemas fundamentales: escaso e
inadecuado equipamiento/armamento y un servicio logístico deficiente. Sobre el
papel, una división de infantería Italiana estándar en 1940 tenía una fuerza de
13.063 hombres (449 oficiales, 614 suboficiales y 12.000 tropas) que, a falta
de transporte, debía moverse en su mayoría a pie, pues sólo contaba con 108
camiones, 71 motocicletas, 13 coches, 6 vehículos de transporte, y 4 “coches
especiales”. También contaba con 3.424 mulas para transportar equipo y
suministros. En cuanto a armamento, disponía sobre el papel de 80 morteros de
45 mm, 8 ametralladoras antiaéreas de 20 mm, 8 cañones de artillería antitanque
47/32, 8 cañones de artillería 65/17, 24 cañones de artillería de campaña
75/32, y 12 cañones 100/17. Como puede comprobarse, la artillería procedía de
la PGM (65/17 y 100/17), o de diseños de
mediados de la década de 1930.
Las tres divisiones del
CSIR se diferenciaban poco de esta asignación oficial de 1940 en cuanto a
armamento. Sus tres divisiones tenían asignadas compañías antitanque
(controcarri) con cañones 47/32, y sus regimientos de artillería motorizados
disponían de cañones 75/27, obuses 100/17 y cañones antiaéreos 20/65 modelo 35;
sus regimientos de infantería usaban morteros de 81 mm las unidades asignadas
al cuerpo (CSIR) disponían de cañones de artillería 105/32, cañones antitanque
75/46 y cañones antiaéreos 20/65 modelo 35. El arma estándar de los infantes Italianos
era el fusil Mannlicher Modelo 91 que se había utilizado en la PGM. Los dos problemas
esenciales con el armamento, al margen de su antigüedad, eran su escaso número
y debido a problemas logísticos, escasas municiones.
Por otra parte, los
soldados Italianos marcharon a la guerra con ropa de verano y botas ligeras.
Alarico Rocchi, un soldado de la división Torino, recordando los 500 km que él
y sus compañeros habían hecho a pie hasta alcanzar el río Don, describió las
botas de la infantería como más delgadas que “scarpe da ballerina” (“zapatos de
bailarina”). El teniente Luciano Mela (del regimiento Savoia) escribió en su
diario: “No tengo miedo en decir que la persona responsable de enviar una
división adelante en las condiciones en que nos encontramos es un asesino.
Estamos sin comida, con botas rotas, uniformes hechos jirones, con sólo una
poca de munición repartida a cada individuo, pues el resto está en camiones
parados sin combustible a una distancia de doscientos kilómetros...”.
El componente aéreo del
CSIR estaba compuesto por cuatro escuadrillas de caza con aparatos Macchi M.C. 200
Saetta y M.C. 202 Folgore, tres escuadrillas de reconocimiento aéreo con
aparatos Caproni CA.311, CA.312 y bombarderos Fiat BR.20M Cicogna, y dos
escuadrillas de transporte con aparatos Savoia-Marchetti Pipistrello S.M. 81.
Para los estándares
italianos, el CSIR era un cuerpo de ejército con un fuerte componente de
transporte motorizado, pero totalmente insuficiente para mover a sus
formaciones de combate al mismo tiempo. Las formaciones de combate Pasubio y
Torino eran dos divisiones de infantería, de unos 10.000 hombres cada una,
nominalmente formaciones de combate “motorizadas” (autotrasportabile), pero
debido a la insuficiencia de medios de transporte no se podía transportar a las
dos al mismo tiempo, sólo a una de las dos. Así que se transportaba a una y
luego el transporte retornaba a rescatar a la otra. O bien una iba en
transporte motorizado y la otra seguía detrás a pie. La división Celere era la
formación con más potencia de combate y la única de las tres que contenía
componentes blindados (60 tanquetas L-3/33), si bien estos “scatole di sardina”,
como los bautizaron los propios soldados italianos, de 3 toneladas de peso y
armados apenas con ametralladoras, no tenían nada que hacer frente al blindaje
de los tanques y armamento antitanque soviético. De hecho, los italianos fueron
incapaces de producir un verdadero tanque durante toda la guerra.
A mediados de agosto de
1941 pasará a formar parte del OB del III
CE acorazado alemán perteneciente
al 1. Panzergruppe de Ewald von Kleist desplegado en la línea del Dnieper. El día 20 del mes de octubre toma la ciudad
de Stálino (Donetsk). Tanto el equipo
como la moral son pésimos. Es fácil crear una sencilla regla de tres: si el
soldado Italiano “a las puertas de su casa” (África del Norte) se ha comportado con una notable flaqueza
ante un enemigo poco pertrechado y sin armamento moderno, ¿cómo se batirán a
miles de kilómetros de sus hogares en un
clima atroz y frente a máquinas infernales como las de las familias KV o SU y los omnipresentes T-34. Basta citar
que en la batalla de Nitokva, a mediados
de diciembre, de cerca de 1.000 bajas italianas 850 lo serán por congelación.
A finales de febrero de 1942
llegarán como refuerzo el batallón de esquiadores Monte Cervino y el 6º Regimiento.
motorizado de artillería que serán un parco bálsamo para los duros combates de junio en torno a la ciudad de Izium
(Ucrania) , que obligarán al repliegue y reorganización del CSIR en Yasino Utaya,
llevada a cabo por su nuevo comandante
el general Italo Gariboldi, quien lo
refuerza y transforma en el ARMIR (Armata Italiana in
Russia) con vistas a la decisiva operación Azul (ofensiva hacia Stalingrado y
el Caúcaso), ante la indiferencia
y poco entusiasmo
de la Wehrmacht, pues desde el principio Hitler se
había preguntado: “¿Por qué no manda a sus hombres a África dónde serían más
útiles?”.
Su aparente fortaleza es
totalmente ficticia pues el alto mando en Roma no había tomado nota en absoluto
de las duras condiciones del invierno
anterior y su logística no había
mejorado, sino todo lo contrario; el
soldado Italiano deberá paliar sus carencias
con la ropa de abrigo y alimentos
enviados desde Italia por sus familiares. El endémico mercado negro y el
estraperlo prevalecerá a sus anchas, muchas unidades tendrán como única opción el asalto nocturno a los
almacenes de la Wehrmacht.
Tomado de Foro Segunda Guerra Mundial.
http://www.forosegundaguerra.com/viewtopic.php?t=19266