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21 feb 2014

La F.A.C. Perdió En 1.674 días Cuatro Biplazas K-fir TC-12 de Entrenamiento

El día 20 de Julio del año 2009, el K-fir TC-12 matrícula FAC 3004, sufre un extraño accidente en el Aeropuerto Rafael Nuñez de la Ciudad de Cartagena. Los siniestros continuaron durante el año siguiente el día 30 de Septiembre de 2010, un Biplaza de matrícula FAC 3005 se estrella en el Municipio de Galán, Departamento de Santander.
El día 27 de Septiembre del año 2013 el Biplaza TC-12 FAC 3003, se accidenta en el área del Municipio de Puerto Salgar, en el incidente salió ileso el Teniente Juan Carlos Pinilla, hijo del general del aire Tito Saúl Pinilla. El 18 de Febrero de 2014 en el Municipio de Norcasia, Departamento de Caldas,  el TC-12 FAC 3006 sufre un percance, donde pierde la vida un Oficial, el Capitán superviviente quedó lesionado, luego de lograr eyectarse del avión. En los últimos cuatro años, seis meses y 26 días la F.A.C. perdió un total de cuatro Biplazas de entrenamiento, en promedio hay un accidente cada 418,5 días. Sólo el TC-12 FAC 3007 permanece en tierra, para cumplir con las tareas de capacitación de nuevos pilotos para lo que resta de la flota de Caza-bombarderos IAI K-fir en Colombia.

16 feb 2014

Revista Semana Obtuvo Grabaciones Que Evidencian Una Extravagante Red de Corrupción En El Ejército

SEMANA revela los audios que ponen al descubierto, los infames niveles de corrupción a los cuales han llegado, los altos oficiales en el Ejército.

Exclusivo: "Los negocios" en el Ejército de Colombia.

SEMANA obtuvo cientos de horas de grabación que reposan en la Comisión de Acusaciones del Congreso y que contienen comprometedoras conversaciones que salpican a algunos generales del Ejército y a varios tenientes coroneles y coroneles. En las conversaciones, que se desarrollan en los años 2012 
y 2013, se hacen referencias explícitas a la asignación de millonarios contratos de diferentes unidades militares donde se habla de mordidas de hasta el 50 por ciento.

En los audios queda claro que son muchos los contratos amañados y asignados ‘a dedo’. También hay evidencia de que se obtienen mediante el uso de información privilegiada que permitiría conocer de antemano pliegos de licitaciones, como el plan de compras de varias unidades del Ejército. En todos los contratos que aparecen en las grabaciones,  el común denominador son millonarias ‘tajadas’ que se reparten en varias manos. Algunos de los beneficiados de esos contratos –que serían avalados por algunos generales– son altos oficiales, condenados y sindicados por los llamados falsos positivos, que están recluidos en el Centro de Reclusión Militar (CRM) de la PM 13. 

Uno de los protagonistas a través del cual se empezó a desenredar esta red de corrupción es el coronel Róbinson González del Río, quien se hizo tristemente célebre el año pasado cuando Noticias Uno reveló unas conversaciones que no lo dejaban bien parado, entre él y el destituido magistrado de la Judicatura, Henry Villarraga. 

En los audios obtenidos por SEMANA, el coronel González se encarga de cuadrar los contratos con generales y coroneles y organiza los pagos a los subalternos presos por falsos positivos con el fin de mantener su silencio. Las conversaciones demostrarían que parte del dinero de los contratos se queda en manos de algunos altos oficiales, otra va a parar a los bolsillos de coronel González del Río y otros detenidos de diferente rango. No menos sorprendentes resultan algunas conversaciones en donde, desde la prisión militar colombiana, se habla de realizar negocios con generales del Ministerio de Defensa de Ecuador o contratistas venezolanos con fines non sanctos. 

La red de corrupción no se limita a los grandes contratos. También les saca grandes comisiones a los dineros que el Ejército les gira a las guarniciones militares para su funcionamiento. Con el aval de los comandantes de unas diez unidades, una gran parte del presupuesto para la gasolina de los vehículos militares se desvía, e incluso se consigna en las cuentas personales de varios oficiales presos. Tiquetes aéreos destinados para el uso del personal militar en varios batallones también son desviados para que sean utilizados por los abogados de los detenidos por falsos positivos. En las grabaciones se muestra cómo hasta los vehículos oficiales del Gaula militar y el alojamiento en casinos e instalaciones militares para los defensores de los detenidos se utilizan de manera irregular.

En 2011 y 2013 SEMANA denunció los privilegios con los que contaban algunos de los detenidos por los llamados falsos positivos en la cárcel de Tolemaida y la PM 13. En las dos oportunidades los militares anunciaron investigaciones, sanciones y correctivos. En estos audios, queda claro que las prebendas siguieron y las irregularidades llegan a niveles escandalosos. 

Pese a estar sindicado por el presunto homicidio de dos campesinos que presentó como guerrilleros dados de baja en combate, el coronel González era uno de los ejes del tinglado. Además de ser una de las piezas clave de esta red, contaba con dos Soldados activos que estaban a su disposición y la de su familia las 24 horas del día. Contaba también con vehículos oficiales para sus traslados en Bogotá y fuera de la capital a pesar de estar detenido. El tema era tan descarado, que el coronel tenía el visto bueno de los directores del penal, ya que, como consta en los audios, se encontraba permanentemente por fuera de la cárcel. O estaba en su casa, o en diligencias personales, o averiguando un penthouse para comprar, o  incluso se dio el lujo de salir de la cárcel en carro oficial con toda su familia a pasar tres semanas de ‘vacaciones’ en diciembre de 2012.

Estar detenido y sindicado de un grave crimen tampoco fue un impedimento para conversar con uno de sus subalternos que le ofrece fusiles para vender o tramitar la compra de pistolas. Lo que no deja de sorprender es que generales, comenzando por el actual comandante general de las Fuerzas Militares, Leonardo Barrero, conversan amistosamente por teléfono con el detenido coronel González del Río. No son pocos los favores que estos y otros altos oficiales le hicieron al sindicado coronel. Incluso el general Barrero en tono afectuoso le recomienda “no dejarse joder de esos hp fiscales (que lo investigan) y armarse como una mafia para denunciarlos", (con los demás presos). 

Las conversaciones del coronel González tienen implicaciones y alcances insospechados. El coronel menciona  como intermediarios y ‘padrinos’ a casi una docena de generales. Si bien algunos podrían argumentar que se trata de un avivato que utiliza el nombre de sus superiores para conseguir contratos o favores, la naturaleza de las conversaciones, los contactos que tiene al más alto nivel, y el hecho de que varios contratos aparentemente sí habrían contado con el aval de generales muestran que este episodio puede ser toda una caja de Pandora. No menos comprometedora es la situación de un  numeroso grupo de tenientes coroneles y coroneles que conscientemente se prestan para saquear las arcas de sus batallones y unidades, como queda consignado en las grabaciones.

Lo más inquietante es quizá que lo que hace González, y está documentado en horas de grabaciones, no es un caso aislado. El suyo es la muestra de una práctica mucho más generalizada, que involucraría a otros altos mandos presos detenidos en cárceles militares, principalmente la PM 13, pero que termina con ramificaciones que se extienden  a altos oficiales del Ejército. El asunto no es desconocido, pues algunas de las investigaciones por casos de corrupción no han avanzado en la Inspección del Ejército. Otros casos están en expedientes de los organismos de control, como  la Contraloría y la Procuraduría.  

Estas grabaciones, más allá de la gravedad y el alcance e su contenido, dejan varios temas sobre el tapete. Lo primero es que una cosa son los actos de corrupción de un grupo de personas y otra muy distinta el respeto a la institución militar. Lo que queda claro con la revelación de estos audios es que los primeros damnificados por estos hechos irregulares, son los Soldados rasos, sus subsidios, sus viáticos, sus equipos de campaña, la gasolina de sus vehículos, los repuestos de los helicópteros –y la seguridad aérea de los mismos–. Así mismo, cientos de miles de Soldados y la imagen de un Ejército que ha librado batallas históricas en favor de los Colombianos.  


Lo segundo es que la mejor manera de fortalecer la credibilidad y legitimidad de la institución del Ejército es castigar drásticamente los abusos y la corrupción. Con el creciente aumento del presupuesto de defensa es esencial que se redoblen los controles y la transparencia en su ejecución. La sociedad necesita de estar tranquila que sus impuestos se están invirtiendo correctamente en modernizar y profesionalizar sus Fuerzas Militares. Por esta razón es esencial que las investigaciones lleguen hasta las últimas consecuencias para determinar quiénes están involucrados en esta sofisticada red de corrupción y qué tan sistémica es en el interior del Ejército. 

Fuente: Revista Semana

13 feb 2014

Artefacto Explosivo Improvisado (I.E.D. Improvised Explosive Device)

Un I.E.D. Es una bomba "hecha en casa", los I.E.D. Son empleados de forma distinta, al arsenal de las operaciones militares convencionales. Pueden fabricarse de explosivos militares fallidos, como munición de artillería o cilindros de gas, ollas a presión, repletos de metralla y sustancias explosivas, que se adjuntan a un mecanismo de detonación. Las minas en las carreteras, los campos minados en senderos o granjas frecuentados por las tropas, son un destino muy común de los I.E.D.