MÁXIMA XXXIX: Napoleón Bonaparte
"En la campaña
de 1645, el ejército de Turena fue atacado
delante de
Filipsburg, por una fuerza muy superior. No había aquí
puente sobre el
Rin, pero se aprovechó del terreno entre el río y
la plaza para
sentar su campo. Esto debe servir de lección a los
oficiales de
ingenieros, no sólo en la construcción de fortalezas,
sino de las
cabezas de puentes. Debe siempre dejarse un espacio
entre la
fortaleza y el río, en que un ejército pueda formar y replegarse
sin tener que
arrojarse a la plaza, y por lo tanto, comprometer
su seguridad.
Un ejército que se retirase sobre Maguncia,
delante de la
persecución del enemigo, se vería necesariamente
comprometido,
porque se necesita más de un día para pasar el
puente, y
porque las líneas de Cassel son demasiado limitadas
para permitir
que un ejército permanezca allí sin ser rodeado.
Deben dejarse
unas 200 toesas (389 m) entre la plaza y el Rin. Es esencia
que todas las
cabezas de puentes delante de grandes ríos, se construyan
bajo este
principio, pues de lo contrario serán una ayuda
muy ineficaz
para proteger el paso de un ejército que se retira.
Las cabezas de
puente sirven, según aprendemos en los colegios,
solamente
para pequeños ríos cuyo paso es comparativamente
corto."